Un marinero sabe que es de mar
cuando regresa a casa y su mujer
lo espera con velas, estrellas y sal.
Sabe que es de mar porque
su amor devuelve las perlas
que jamás volverá a encontrar.
Desea regresar,
y por los océanos navegados
aprendió de las estrellas
que nunca las podrá tocar,
y que a los amores, por lejanos
nunca hay que dejarlos naufragar.
Sabe que es marinero
cuando vuelve a casa con el viento,
con el tiempo vivido a cuestas
y sin una mujer que lo ame más.
Navegante que surcas los mares
enséñame a nadar en lo profundo,
dame las lágrimas de la luna
para no ahogarme en las orillas
y con tu sabia brújula
poder respirar y nadar.
poder respirar y nadar.
Hermoso mi Carlitos querido.
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