En la búsqueda de tus pasos
pierdo la cuenta de los días,
ahogo la esperanza que siento
dejo a la sombra tu recuerdo.
Desordenadas las horas, las recuerdo.
Guardaré las maneras de encontrarte,
lágrimas del pasado y del presente
solo tengo destellos,
desnudas mis más íntimos deseos.
Desordenadas las horas, las encuentro.
Abriré imágenes de alfabetos
lágrimas de sábados y viernes,
solo tengo esos recuerdos
y muerdes mis más arcaicos deseos.
Desordenadas las horas, no las encuentro.
En las salinas de tu piel
solitarias huellas veo,
sedienta locura del mar
hazme sentir sombras que recuerdo.
Desordenados los recuerdos:
horas para qué las quiero.